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Tratado Secreto de
o Pacto de exterminio al Paraguay
- Introducción
- Causas de la guerra
- ¿Por qué se firma el Tratado?
- Gestación del Tratado.
- El Cuerpo del Tratado. Protocolo adicional.
- El Tratado es descubierto. Repudio nacional y mundial.
- Consecuencias del Tratado
- Crímenes de Guerra. Saqueo al país.
- Conclusiones
- Bibliografía
Con este breve trabajo de investigación, me gustaría desentrañar la verdadera autenticidad y el notable alcance que tuvo hace exactamente ciento cuarenta años, el tratado genocida firmado por los ministros plenipotenciarios de la triple alianza, conformada por nuestros “vecinos”; el Imperio del Brasil,
En realidad, gran parte de lo que pudiéramos investigar sobre este tema ya fue abarcado por una diversidad notable de autores de distintas nacionalidades, con obras muy fructíferas. En
También podemos citar a otros autores como el poeta argentino Carlos Guido Spano manifestando su pesar por la contienda contra el Paraguay en su triste cuarteto[1], y entre nuestros contemporáneos me parecen sobrios y útiles los apuntes del escritor brasileño Julio José Chiavenato.
A lo que quiero llegar es que existe una cantidad fastuosa de obras y autores sobre
En el Paraguay tenemos historiadores lopiztas y anti-lopiztas; en
Considero apasionante todo tema relacionado a la contienda que entablara nuestro país contra los países de la mencionada alianza, entre los años de
El tema de
A continuación, trataré de determinar cuáles fueron los verdaderos motivos que llevaron a los países signatarios del pacto de exterminio, a suscribirlo. Sus contradicciones, la verdadera fecha en que fue suscripto, la participación de la corona británica, la esencia “secreta” del pacto, su hallazgo, las repercusiones que tuvo en toda América y en el Paraguay. La opinión de los más calificados autores de la época, la reacción de los aliados al darse a luz el tratado, y sus catastróficas consecuencias para nuestra patria, de sueño truncado por el colonialismo de turno.
Es bien sabido que la guerra que el Paraguay padeció contra la triple alianza era inevitable por los propios intereses que se encontraban en juego: cuestión de límites, un problema de antaño de nuestro país para con sus vecinos, que ni en vastos tratados llegara a finiquitar. El rol bélico que pregonaban los ministros de Su Majestad la reina, en su afán de seguir generando ganancias para propio bien y el de sus entidades bancarias como
Desde mi punto de vista se valora erróneamente la participación de Gran Bretaña en este conflicto. ¿Que significaba para un coloso, como una de las madres de la civilización de occidente, el rápido desarrollo de un pequeño país mediterráneo en el corazón de América?.
La participación de Gran Bretaña en el conflicto, a mi entender fue nula. Pero ésta como estado; los que tuvieron intereses dolosos fueron los ministros plenipotenciarios que representaban a la corona en América, que hacían de nexos entre las grandes bancas inglesas y los países del Plata, otorgando numerosos empréstitos.
Estos ministros como el caso de Thornton, llegaron a convertirse en verdaderos agentes bancarios cobrando importantes intereses en las transacciones que realizaban, y es a estos mismos comisionistas a los que no les agradaba mucho la idea del “país solvente por sí mismo”, como el nuestro.
Si analizamos un poco la situación de los países del Plata en aquel entonces, nos daremos cuenta que nuestros vecinos colaboraban anualmente cifras exorbitantes a las entidades bancarias de Londres. Así, nos dice Chiavenato: “El imperio del Brasil dedicaba casi 70% del saldo favorable de su comercio exterior para pagar los intereses contraído con los empréstitos ingleses”.[2]
La situación del otro grande,
Al hablar de crisis económica,
Ahora la pregunta es: ¿Por qué el Paraguay, país mediterráneo, no necesita de los capitales foráneos? Primeramente por la utilización de industrias, productos y mano de obra nacional que el país viene desarrollando de manera espléndida desde la época del Supremo. Resume el historiador argentino León Pomer diciendo: “La materia prima vernácula es cada vez más explotada. Con algodón y Caraguata[3] se fabrica papel, también con Caraguatá fabrican tejidos para camisas y ropa interior. Raspando los cueros los paraguayos obtienen el pergamino tan bueno como el europeo; la tinta la fabrican a partir del haba negra y la sal y el jabón mediante sustitutos que proporcionan los árboles silvestres y las cenizas vegetales (...). La introducción de maquinas están exentas de gravámenes (...). Los individuos que inventan algo útil o introducen procedimientos novedosos en la agricultura y la industria gozan de especiales privilegios”[4]
El Paraguay va pujando con esfuerzo propio y ayuda mutua, forjando así un crecimiento autónomo. Todo esto se va haciendo intolerable para los propietarios del capital extranjero, siendo inaudito para estos mencionados personajes que un país en el Plata pudiera subsistir sin recurrir a empréstitos ingleses. Su misión en síntesis era la de eliminar una política en ascenso que contrariaba sus intereses económicos.
Pero entre las causas del conflicto podríamos citar demasiadas, muchas de ellas muy subjetivas o que tienden hacia ciertos intereses. Por eso creí factible hacer un breve resumen de las más importantes, según su orden de importancia, de la manera más neutral posible.
a) La ausencia de definición de límites territoriales. En el año 1862 caducaban los plazos de los tratados Berges-Paranhos con el Brasil y Vásquez-Guido con
b) Paraguay era un país altamente influenciado por el Imperio francés (Napoleón III), en una región dominada por el mercantilismo inglés. Mientras que nuestro país sostenía el estado empresario, Inglaterra adoctrinaba tanto a argentinos como a brasileños en el libre mercado y en el capitalismo liberal del siglo XIX. También la inexperiencia de la diplomacia paraguaya sumó un poco.
c) Cuestiones comerciales de particulares ingleses, referentes a la venta de armas y el otorgamiento de empréstitos para la financiación de la guerra. Los agentes de Su Majestad lucraron de manera desmedida en aquellas épocas de libre comercio con la venta de armamento en general y con la cesión de créditos.
d) Deseos de influenciar políticamente en la región por parte del Mariscal López, imitando la política de equilibrio, que por coincidencia es una doctrina de origen francés (Cardenal Richeliu, mantener el status quo, ningún país debe más poderoso que otro, equilibrio político). Decía Richeliu: "El éxito de una política de "raison d'état", depende, ante todo, de la capacidad de evaluar las relaciones de poder...en teoría, el equilibrio de poder debe ser perfectamente calculable...aunque en la práctica, suele ser difícil..." De repente nuestro Mariscal-Presidente caía en rol de árbitro en cuestiones de poca competencia para nuestro país, autodenominándose ferviente defensor de la doctrina del “equilibrio del Plata”.
e) El afán imperialista del Brasil, que desde tiempos de la colonia sostiene una política de expansión territorial, hasta incluso nuestros días (Como es el claro ejemplo del Estado de Acre, territorios usurpados a
f) Gran inestabilidad política de
g) La influencia política en los círculos de Buenos Aires de la comunidad de exiliados paraguayos, fervientes anti-lopiztas, quienes luego conformarían
h) Y otras causas bien sabidas, que ya solamente fueron detonantes de todas las citadas anteriormente; la participación activa del Brasil en las cuestiones políticas internas del Uruguay, el interés del Gral. Venancio Flores por tomar las riendas de
3. ¿Por qué se firma el tratado?
No se llegó a ningún acuerdo de límites y existe un antagonismo en el liderazgo regional de dos potencias presentes (Argentina- Brasil) y una potencia en ascenso (Paraguay), una situación muy análoga a
López, era un modelo antiguo de hacer política; no correspondía a una república liberal constitucionalista del siglo XIX como lo era Argentina, ni a un imperio aristocrático como lo era el Brasil. Paraguay era una república de corte romano (inspirado en el derecho romano). Era un caso sui-generis que no encajaba en ningún esquema antes conocido, un país políticamente centralizado sin instituciones liberales, agro-exportador, en proceso de industrialización, y que no importaba productos manufacturados por las industrias extranjeras (por lo menos no en las cantidades que importó incluso terminada ya la guerra).
Un país donde el 90 % de la propiedad inmueble pertenecía al Estado, en una región donde la propiedad privada era el común denominador.
Entre tantos motivos del por qué del acuerdo encontramos varios: eliminar una potencia en ascenso, las oportunidades tanto económicas como territoriales que ofrecería la conquista de un nuevo país, el Brasil se despojaba de un eventual rival que aliado con
También es importante mencionar la condición de países amortiguadores de Paraguay y Uruguay, frente a dos potencias vecinas. Como es en Europa el caso de Bélgica y Holanda entre dos potencias como Francia y Alemania. El Paraguay era un país cuyo gobierno tenía grandes ambiciones, y el cual estaba muy inspirado en el romanticismo nacionalista del corte europeo, tipo Garibaldi o Bismarck. Brasil tenía territorios como el Matto Grosso que solamente podía acceder para colonizarlos a través del Río Paraguay.
Y si a todo esto sumamos la participación nula del capital inglés en una potencia en ascenso, como habíamos mencionado, y las aspiraciones de Venancio Flores de llegar al poder de
Existen muchas discrepancias sobre la fecha en la que fue ideado este tratado. Por un lado, la corriente que personalmente comparto, sostiene que la idea de aliarse ofensiva y defensivamente contra el Paraguay por parte del Brasil y
¿Qué importancia puede llegar a tener la fecha exacta en que fue ideado este documento?. Pues tiene importancia a la hora de probar las discrepancias en las que caen los mismos firmantes y cuando se afirma que el tratado fue una obra premeditada y con grandes intereses en juego. A continuación, veremos unos documentos que hablan por sí solos.
Las bases de ese tratado son discutidas un año antes en las Puntas del Rosario, en el interior del Uruguay, donde se encuentran para discutir la situación oriental; Saraiva, Elizalde, Venancio Flores y el propio representante diplomático de Inglaterra, Edward Thornton. El propio Mitre, presidente de
“En la república Argentina está el imprescindible deber de formar alianza con el Brasil a fin de derribar esa abominable dictadura de López y abrir al comercio del mundo esa espléndida y magnífica región que posee, tal vez, los más variados y preciosos productos de los trópicos y de los ríos navegables para explotarlo”.[5]
Ya el 28 de octubre de 1864 - seis meses antes del tratado- Mitre ya deja bien claro en
Y para confirmar plenamente que este tratado ya estaba listo, el 24 de marzo de 1865, afirmaba
Por otra parte, Saraiva mencionaba en una carta al historiador brasileño Joaquín Nabuco, “(…) dichas alianzas se realizaron el día que el ministro argentino y el brasileño conferenciaron con Flores en las Puntas del Rosario (el 18 de junio de 1864) y no el día en que Octaviano y yo, como ministros de Estado firmamos el pacto”, como nos comenta Acevedo.
El general Venancio Flores, agregando su granito de arena, escribía a Ramírez: “a caballo, pues, con vuestros bravos correntinos que con los pueblos argentino y oriental, unidos al ejercito imperial, son hoy destinados a marcar en las páginas de la historia la gran cruzada, la triple alianza que tiene por objeto libertar al pueblo paraguayo”.
Todos los documentos anteriormente expuestos dejan constancia de que el tratado fue acordado en las Puntas del Rosario, Uruguay, el 18 de junio de 1864, diez meses antes de la firma del tratado. Esto puede ser real, pero opino que el tratado fue gestado mucho antes, a través de bocetos que con el tiempo fueron consolidándose.
Al entrar al Palacio de Itamaraty, Río de Janeiro, ex sede del Ministerio de Relaciones Exteriores del Brasil, hoy día convertido en un vistoso museo con llamativos colores y decorados, llamaría la atención de cualquier persona un pequeño mural que entre otras cosas alberga una frase muy peculiar : “Tratado de
Es importante aclarar que ningún historiador menciona acerca de la participación, ni siquiera indirecta, del canciller Paranhos en el tratado de la triple alianza, pero sí en el posterior tratado de paz y límites.
Nos queda una pregunta: ¿Por qué el Palacio de Itamaraty, o la misma diplomacia brasileña considera a Paranhos como un artífice del mencionado tratado?, ¿O fue solamente un error de imprenta de los encargados de hacer el mural?. A mi entender, Paranhos fue un pionero en la idea de que gran parte de la tierra guaraní correspondía al Imperio. No llegando a un acuerdo con Berges en el tratado de 1856, llega al país dos años más tarde. En esta ocasión obtiene un acuerdo con el plenipotenciario “ad hoc” Francisco Solano López, al suscribir una convención en materia de navegación, no así solucionado el problema “límites”.
Recabando un poco entre los autores, encontré un documento poco citado por la mayoría, el cual me llamó la atención por las personas que lo contrajeron y por la similitud que tiene con el pacto del 1 de mayo. He aquí el “Protocolo Secreto de Guerra contra el Paraguay de
“En el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Este pacto se podría considerar como la primera pincelada del que se firmara el 1 de mayo de 1865, o sea que sólo había que renegociar algo ya pactado ocho años antes. Entre otras cosas el documento sostenía lo siguiente:
Que todo esto se cumpla con el mayor empeño posible, y si hubiese resistencia de los paraguayos a abrir su río, el gobierno imperial se comprometía a tomar medidas coercitivas y aún recurrir a la guerra.
Paranhos admitía que con la guerra todo se solucionaría. Pero también sostenía que una alianza de los dos estados para trazar sus fronteras con el Paraguay, estado más débil, sería odiosa, y podrían comprometer seriamente los resultados que ambos se prometían obtener. El canciller Paranhos era un diplomático de pura cepa y un genio en lo que hacía, por eso bien sabía que una alianza con
De este modo, esperaban el momento oportuno para llevar a cabo su plan y siempre en el más minucioso de los silencios. El pacto también versaba sobre la guerra en sí;
El presidente de
Con este protocolo, el cual considero padre del tratado de la triple alianza, queda muy claro el papel de José María Da Silva Paranhos, “gran pensador” de los intereses del Imperio. Forjó indirectamente una importante alianza con una inminente amenaza, haciendo así un negocio factible para el futuro, que no tardaría en dar grandes beneficios al imperio.
Con todas las manifestaciones expuestas, dejamos en claro que es casi imposible que el tratado haya tenido un breve periodo de gestación como sostienen los aliados, es más, existen numerosos documentos que prueban que éste fue el producto de un proyecto de varios años.
5. El Cuerpo del Tratado. Protocolo adicional.
Los tratados son acuerdos de voluntad entre dos o más derechos internacionales, celebrados por escrito entre Estados y regidos por el derecho internacional; éste sería un concepto muy moderno de la palabra “tratado”. Es preciso que nos remontemos al siglo XIX, donde el término “derecho internacional” era poco y nada respetado. Así, las potencias aliadas sellaban el destino de nuestro país en la confección de un tratado.
El reputado historiador argentino Ramón J. Cárcano nos comenta: “El texto del Tratado Secreto de
Al terminar dicho acto, el tratado quedaba redactado de la siguiente manera: el documento constaba de diecinueve artículos y a éste se anexaba un protocolo con cuatro disposiciones finales. Redactado y suscripto por los ministros plenipotenciarios Dr. Octaviano de Almeira Rosa en representación de Su Majestad, el emperador de Brasil; el Dr. Rufino de Elizalde en representación de
A continuación, tratare de desmenuzar los artículos más debatibles y controvertidos del redactado documento:
Las hostilidades comenzaron en el territorio de
En este artículo observamos claramente como con este tratado sólo se renegocia el pacto de 1857, y también se puede observar la victoria diplomática del Brasil al subordinar a los argentinos en sus propias aguas, teniendo en cuenta la disputa de intereses entre estos eternos enemigos, haciendo causa común en esta ocasión.
El orden interior y la economía de las tropas quedan a cargo exclusivamente de sus jefes respectivos. El sueldo, provisiones, municiones de guerra, armas, vestuarios, equipo y medios de transporte de las tropas aliadas serán por cuenta de los respectivos Estados. (Art. 4)
Las altas partes contratantes se facilitarán mutuamente los auxilios que tengan y los que necesiten, en la forma que se acuerde. (Art. 5)
El Brasil conocía más que cualquier otro estado la situación económica en la que se encontraba su aliado,
Los aliados se obligan solemnemente a no deponer las armas sino de común acuerdo, y mientras no hayan derrocado al actual gobierno del Paraguay, así como a no tratar separadamente, ni firmar ningún tratado de paz, tregua, armisticio, cualquiera que ponga fin o suspenda la guerra, sino por perfecta conformidad de todos. (Art. 6)
Con esto, Don Pedro II da por hecho que la guerra llegaría hasta el fin del Paraguay, sin arreglo de paz hasta que éste sea destruido por completo. Sostengo que este artículo hace de la entrevista en Yataity Corá un acto, donde la esperanza por llegar a una paz honrosa para todos los beligerantes, fuese sólo un sueño.
No siendo la guerra contra el pueblo paraguayo sino contra su gobierno, los aliados podrán admitir en una legión paraguaya a todos los ciudadanos de esa nación que quisieran concurrir al derrocamiento de dicho gobierno, y les proporcionarán los elementos que necesiten, en la forma y condiciones que se convenga. (Art. 7)
Es este artículo el más repugnante de todos; la guerra es contra el gobierno paraguayo y no contra el pueblo. Sin embargo, saquean su capital violando mujeres, niños y ancianos. Dice, podrán admitir una legión paraguaya, pero obligan a prisioneros a matar a sus propios hermanos. Alberdi se pregunta: ¿Será que el gobierno paraguayo pagará la deuda que deje esta guerra?, ¿O será el pueblo devastado el que corra con los gastos?.
Los Aliados se obligan a respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de
Se obligan a respetar su independencia imponiéndole un gobierno títere, al mando de un ejército de ocupación; respetan nuestra soberanía imponiéndonos los límites que a ellos les convenga, y usurpando tierras que por derecho nos corresponden.
La independencia, soberanía e integridad territorial de
Extienden el periodo de fijación de límites por conflictos internos entre los aliados, constantes pujas para ver quién nos usurpa más tierra,
Derrocado que sea el gobierno del Paraguay, los aliados procederán a hacer los arreglos necesarios con las autoridades constituidas, para asegurar la libre navegación de los ríos Paraná y Paraguay, de manera que los reglamentos o leyes de aquella República no obsten, impidan o graven el tránsito y navegación directa de los buques mercantes o de guerra de los Estados Aliados, que se dirijan a sus respectivos territorios o dominios que no pertenezcan al Paraguay, y tomarán las garantías convenientes para la efectividad de dichos arreglos, bajo la base de que esos reglamentos de política fluvial, bien sean para los dichos dos ríos o también para el Uruguay, se dictarán de común acuerdo entre los aliados y cualesquiera otros estados ribereños que, dentro del término que se convenga por los aliados, acepten la invitación que se les haga. (Art. 11)
De esta manera, nos imponen una política fluvial a su antojo, reglamentan la navegación de nuestros propios ríos, del río que lleva el nombre de nuestra patria. Así, los aliados tienen un máximo “respeto” hacia nuestra soberanía.
Los aliados exigirán de aquel gobierno el pago de los gastos de la guerra que se han visto obligados a aceptar, así como la reparación e indemnización de los daños y perjuicios causados a sus propiedades públicas y particulares y a las personas de sus ciudadanos, sin expresa declaración de guerra, y por los daños y perjuicios causados subsiguientemente en violación de los principios que gobiernan las leyes de la guerra.
Considero a este artículo como el histórico;
Este tratado quedará secreto hasta que el objeto principal de la alianza se haya obtenido. (Art. 18)
Esto es más que obvio, a sabiendas, los mismos aliados de que el pacto es injusto y abominable por donde se lo mire, se mantendría oculto evitando de esta manera ningún tipo de reacción, ya sea de los países contratantes como del mundo entero.
A este documento, los firmantes anexaron un protocolo que entre otras cosas mencionaba lo siguiente:
Que en cumplimiento del Tratado de Alianza de esta fecha, las fortificaciones de Humaitá serán demolidas, y no será permitido erigir otras de igual naturaleza, que puedan impedir la fiel ejecución de dicho tratado. (1º)
Que siendo una de las medidas necesarias para garantir la paz con el gobierno que se establecerá en el Paraguay, el no dejar allí armas o elementos de guerra, los que se encuentran serán divididos en partes iguales entre los aliados. (2º)
Que los trofeos y botín que se tomen al enemigo serán divididos entre los aliados que hagan la captura. (3º)
Esto fue simplemente para coronar las falacias expuestas un poco más arriba. Es muy fácil entender las pretensiones aliadas; nos condenan a no tener fortificaciones que en algún momento puedan llegar a comprometer sus monopolios, restringiendo de esta manera nuestra soberanía.
Por otra parte, nos manifiestan expresamente en dicho documento el saqueo del cual seremos víctimas, y todos, absolutamente todos los bienes de la república, ellos lo resumen en “trofeos y botín”. El Uruguay, cuya participación en la guerra fue exigua, devolvió los trofeos el 31 de mayo de 1885. Por su parte
6. El Tratado es descubierto. Repudio nacional y mundial.
En el mes de mayo de 1866, un año después de su firma, el tratado es descubierto, causando notable revuelta en los países latinoamericanos y en todo el mundo, principal motivo del carácter secreto del pacto.
Carlos de Castro, ministro encargado de las relaciones exteriores del gobierno oriental y signatario del tratado del 1 de mayo, enseña una copia del mencionado documento al ministro de Gran Bretaña, Mr. H. Lettson, con la promesa de que lo mantenga con absoluta confidencia. Éste, por su parte, hace exactamente lo mismo, traspasando el documento de manera íntegra a su superior jerárquico Mr. John Russel, quien pusiera a disposición de
Los aliados no consienten la metida de pata del compañero de causa uruguayo, así en un breve borrador el general Mitre, comentaba la revelación con su ministro Elizalde: “parece que Castro le dio la copia… esto será un escándalo inaudito” [12]
El mismo De Castro, con una impotencia única, escribe a Lord Russel diciendo: “(…) si una de las más espléndidas conquistas para la diplomacia de los tiempos modernos, ha sido la lealtad y la buena fe, acabáis, Lord Russell, de darle un rudo golpe, deteniendo a su marcha progresiva, y haciendo estragos a la verdadera civilización.[13]
Muchos países se manifestaron en contra del pacto, entre ellos podemos citar a Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú, Chile y hasta los Estado Unidos, con arduas protestas en contra de la alianza, apoyando la causa paraguaya. Todo documento de protesta fue en vano; el emperador del Brasil no cedería, previo alejamiento de López del gobierno paraguayo, cosa que los demás estados no acataban.
Un hecho digno de destacar fue el ofrecimiento del presidente boliviano Gral. Mariano Melgarejo en acudir al escenario del conflicto con doce mil hombres, en defensa de nuestra patria. También en Colombia causó conmoción la revelación del tratado, el ministro de relaciones exteriores, José Rojas Garrido, expresa el absoluto descontento de su gobierno en sendas notas enviadas a los países firmantes.
En nuestro país, el pacto fue blanco de serias y enérgicas protestas por parte de toda la población, de todas las edades y todas las clases sociales. Nos comenta el historiador Efraín Cardozo:
“La publicación del tratado de la triple alianza tuvo en Asunción vastas repercusiones populares. Los ejemplares de “El Semanario” eran arrebatados de las manos. Hubo que tirar en hojas sueltas el texto y el comentario que le acompañaban. Espontáneamente, sin que hubiera preparativos, todas las clases sociales se congregaron en el Club Nacional (…)”.[14]
También las bellas, pero a la vez valientes mujeres paraguayas, lanzaron su protesta, tomando la palabra las señoras Eleida Peña de Molinas y Escolástica Barrios de Gill:
“La mujer paraguaya, tiene ya hecha su resolución indeclinable al pie de los altares de la patria: morir con ella antes de que sea vilipendiada por el desnaturalizado enemigo que pretende despojarnos de nuestras virtudes, de nuestro honor y de nuestra patria”.[15]
Inclusive los niños se manifestaron de la mano del maestro español Isidro Codina, que en un excelente castellano expusiera lo siguiente:
“(…) Como preceptor de estos niños, cuyos padres son todos ciudadanos paraguayos, y creyendo interpretar sus sentimientos, vengo a protestar en sus nombres contra las pretensiones del enemigo de su patria, que intenta arrebatar su sagrada independencia y sumirlos en la dominación extranjera (…)”.[16]
Entre todos los miembros del espantoso pacto, uno de sus pocos defensores es el Brigadier Bartolomé Mitre, uno de los principales protagonistas de la firma. Este señor en su afán de querer defender lo indefendible nos dice:
“Los soldados aliados y, muy particularmente, los argentinos, no fueron al Paraguay a derribar una tiranía, en buena hora por accidente, ese sería uno de los fecundos resultados de su victoria”.
“Fueron a vengar una ofensa gratuita, a asegurar su paz interna y externa, así en el presente como en el futuro, reivindicar la libre navegación de los ríos y reconquistar las fronteras de derecho, fuimos como argentinos sirviendo a los intereses argentinos, y de la misma forma hubiésemos ido si en vez de un gobierno monstruoso y tiránico como el de López, hubiésemos sido insultados por un gobierno más liberal y civilizado” [17]
También el mismo Brigadier deja bien en claro que los ejércitos aliados van en busca de la destrucción del Paraguay.
“(...) no se va a matar a tiros a un pueblo, no se va a incendiar sus casas, no se va a regar de sangre su territorio, dando por razón de tal guerra que se va a derribar una tiranía a despecho de sus propios hijos que la sostienen o soportan (...)”[18]
“La filosofía, la humanidad, y la moral desertarían de sus filas si hubiésemos ido a matar paraguayos y destruir al Paraguay para redimir un montón de ruinas y un grupo de viudas y huérfanos, cubriendo con la bandera de la libertad el último cadáver del último sustentador de su tiranía.” [19]
Otro hecho resaltante, después de la publicación del tratado ocurre en
Las consecuencias del tratado son trágicas para el país, podemos acoplar también las consecuencias de la guerra misma. Por un lado tenemos el legado limítrofe para con los países de la alianza; las consecuencias sociales propias de un país devastado y las consecuencias económicas y políticas, que son claramente manifiestas en la imposición de moneda corriente brasileña y en la implantación del ejército de ocupación.
La población, que superaba los un millón trescientos mil habitantes antes de la conflagración, quedó reducida a apenas doscientos mil habitantes, de los cuales aproximadamente el 10% eran hombres, en su mayoría niños, ancianos y extranjeros. Las iglesias y casas particulares fueron saqueadas cargándose las mercancías en los barcos brasileños y argentinos anclados en el puerto de Asunción. También desaparecen todo tipo de tarifas aduaneras.
El Paraguay pierde ciento cuarenta mil kilómetros cuadrados de territorio. El Brasil se apodera de un suelo muy extenso y apto para la agricultura;
Sintetizando, se lograron varios objetivos estipulados en el tratado; quitarle al Paraguay la soberanía de sus ríos (Art. 11), responsabilizar al Paraguay de la deuda de la guerra creando así una obligación imposible de cumplir (Art. 14), repartir el territorio paraguayo o parte de él entre
Entre otros objetivos cumplidos por el tratado, tenemos que: derrocaron a nuestro tirano, también sometieron a nuestro pueblo, arrasaron nuestras fortalezas, nos despojaron de nuestras armas, arsenales y astilleros, nos impusieron nuestros límites demarcatorios mediante un tratado unilateral. Reglamentaron nuestra navegación, otorgándonos la “libertad” de nuestros propios ríos, nos impusieron su moneda y nos permitieron tener un gobierno no hostil a los intereses de la alianza.
“Más de un autorizado historiador ha afirmado que la espinosa cuestión que debió ser salvada, se refería a la soberanía paraguaya, con cuya garantía no quiso comprometerse el canciller argentino Elizalde, sin lograr empero la adhesión de sus colegas. Era el viejo sueño porteño de la reconstrucción del virreinato reverdecido en la intención de Elizalde. A propósito es conocida la referencia del ministro británico Thornton, quien en una ocasión menciona haberle dicho al canciller argentino que “esperaba vivir lo bastante para ver la incorporación de las repúblicas orientales, paraguaya y boliviana a la confederación argentina”[20]
Gracias a que el Brasil, por intereses propios, no cedía a las pretensiones de Argentina de quedarse con nuestro Chaco Boreal, y al laudo favorable para el Paraguay, pudimos conservarlo, pero el Chaco Austral no corrió la misma suerte.
8. Crímenes de Guerra. Saqueo al país.
Ya decía Alberdi, que “el derecho a la guerra en sí es el derecho del homicidio, del robo, del incendio, de la devastación. Estos actos son crímenes por las leyes de todas las naciones del mundo. La guerra los sanciona y los convierte en hechos honestos y legítimos, viniendo a ser en realidad la guerra el derecho del crimen (...)”. [21]
Lo que nos queda por acotar, es que la guerra de por sí ya es un crimen, un homicidio generalizado que no respeta a nada ni a nadie, exterminando todo a su paso. ¿Que tipo de naturaleza jurídica puede tener un acto así?, ¿Defender
Pero aquí el punto en cuestión es el crimen dentro del crimen, un acto vergonzoso y repudiable desde cualquier punto de vista. Es muy sencillo, en todas las guerras se cometen los llamados “crímenes de guerra”, desde la antigüedad hasta nuestros días; desde los pueblos celtas que usaban los cráneos de sus enemigos para tomar vino, hasta las humillantes torturas proporcionadas por soldados norteamericanos a los prisioneros iraquíes. Este crimen del crimen llegó a alcanzar grados de espanto, y en nuestra epopeya estuvo al orden del día.
El tratado de por sí ya fue un crimen político, y a éste se le sumaron todos los crímenes contra la humanidad de la que fueron partícipes los aliados; ya sea en el campo de batalla, donde Gastón de Orleans, Conde De Eu, entra en escena o en los vandálicos saqueos registrados en Asunción.
Haciendo gala al exterminio, los ejércitos aliados de la mano de Bartolomé Mitre, cometieron crímenes con ensañamiento y alevosía. Así, podemos citar la contaminación de las aguas de los ríos con cadáveres coléricos, expandiendo así la mortal enfermedad hacia los militares y civiles que bebían de esas aguas, siendo antecedente éste del principio de una guerra bacteriológica.
El ejército aliado obligó a los paraguayos a luchar contra su propio ejército, como nos comenta Ulrich Lopacher en una de sus anotaciones: “Durante la rendición de Humaita aconteció algo notable: uno de los que se rendían, abandonó, de pronto, a sus compañeros, se precipitó como loco, sobre uno de los nuestros y lo abrazó, lo besó y no quiso desprenderse de él (…) resultó ser una sargenta en uniforme de artillero y que había participado del sitio en la fortaleza de Humaita. Nuestro compañero, resultó ser su marido y luchaba como prisionero (…). En realidad debió haber todo un batallón de prisioneros (…)”. [22]
También fueron puestos a la venta un centenar de prisioneros paraguayos, vendidos como esclavos al mejor postor, y teniendo como destino final el imperio brasileño. Éste, ya en aquella época, albergaba la tímida suma de cuatro millones de esclavos.
Pero aún mas desgarradores, son los hechos como la quema de hospitales y degollamiento de personas en total estado de indefensión. Así, lo tomaron como ocio, el Conde de Eu, cerrando y quemando el hospital de Piribebuy, donde se encontraban ancianos y niños en estado calamitoso. Y por otra parte, el uruguayo Venancio Flores, que al concluir las batallas disfrutaba degollando prisioneros.
Asunción fue saqueada en su totalidad el 1 de mayo de 1869. Fue ocupada por las tropas brasileñas causando desmanes en la desolada ciudad, así estos nefastos personajes continuaron violando mujeres, niños y cualquier ciudadano paraguayo. Y no nos olvidemos que la guerra era contra el gobierno paraguayo. La ciudad fue saqueada en todo sentido, no hubo respeto hacia nada, ni hacia nadie. Tampoco se salvaron las embajadas de los gobiernos extranjeros.
Así escribe el cónsul francés a Caxias: “Vi saquear el consulado de Portugal y
Un caso muy curioso nos comenta Agüero Wagner: “Los solados brasileños también se dedicarían a cobrar dinero para devolver a sus familias niños extraviados, como el caso de Manuel Domeq García, por quien su familia debió pagar ocho libras esterlinas en rescate”.[23]
Vemos que el país se encontraba totalmente en ruinas. Reinaba la anarquía total por las calles y ni los propios aliados podían sostener la situación[24]. Las casas fueron saqueadas en su totalidad, las puertas rotas a hachazos, la paz pública exterminada y una población que entre sus últimos suspiros clamaba por una justicia muy lejana para aquellos tiempos.
La alianza ha reducido a los pueblos del Plata a un papel secundario. Queda bien claro que la guerra tuvo premisas colonizadoras, donde se impuso la explotación del hombre por el hombre. De guerra a un tirano la convirtieron en guerra a un pueblo. El Brasil y
Es importante mencionar la participación del capital inglés en la contienda, de la mano de sus agentes plenipotenciarios, grandes comisionistas, y no de Gran Bretaña como se interpreta erróneamente. A esto le sumamos la antigua, torpe y poco eficaz diplomacia de López. Así tenemos la serie de factores que, como un todo, dieron arranque a la guerra más sangrienta de Latinoamérica.
Si miramos un poco nuestro tema en sí, nos queda una serie de conclusiones. Así, podemos afirmar que el tratado, tema central de esta monografía, fue un pacto premeditado y no algo prematuro como sostuviesen los aliados. Existe una serie de documentos y escritos que afirman contundentemente que este tratado, ha pasado por un largo proceso de gestación, algo muy bien pensado y hasta inclusive sus consecuencias fueron proyectadas a largo plazo, como el caso de la deuda que dejaría la guerra.
Finalizando, es menester aclarar que es muy difícil hallar a los verdaderos responsables de esta contienda. Considero que todos pusieron un grano de arena para que esto se volviera algo insostenible, obviamente unos más que otros, y que el tratado fue el documento que selló y condenó la suerte de nuestro pueblo.
Quisiera concluir con una ultima frase de Juan Carlos Gómez, digno defensor de la causa guaraní: “En el Paraguay anterior a la alianza, bastaba suprimir un tirano. En el Paraguay de la alianza hay que rehacer un pueblo”.
- Agüero Wagner, Luis: “Las Banderas de Mitre”, Augusto Gallegos Producciones Gráficas y Audiovisuales.
- Alberdi, Juan Bautista: “
- Alberdi, Juan Bautista: “El Crimen de
- Benítez, Luis G.: “Historia Diplomática del Paraguay”
- Cardozo, Efraín: “Hace 100 años: Crónicas de
- Chiavenato, Julio José: “Genocidio Americano:
- García Mellid, Atilio; “Proceso a los falsificadores de la historia del Paraguay, Tomo II” Ediciones Teoría.
- Niño, José M.: “Mitre. Polémica de
- Pomer, León: “
- Rosa, José María: “
- Tobler, Lopacher: “Un suizo en
- Trías, Vivian: “El Paraguay de Francia el Supremo a
Por:
Juan Marcos González García[25]
[1] “Llora, llora urutaú, en la ramas del Yatay, ya no existe el Paraguay, donde nací como tú”
[2] Chiavenato, Julio José, Genocidio Americano, Pág. 87
[3] Piña silvestre
[4] Pomer, León,
[5] Artículo del Diario “
[6] Chiaventao, J.J, op. Cit. 119
[7] Chiavenato, J.J, op. Cit. 119
[8] Es una de las tres copias originales que fueron redactadas.
[9] Estos historiadores expusieron el polémico protocolo en el libro “Felipe Varela contra el Imperio Británico”
[10] Agüero Wagner, Luis. “Las Banderas de Mitre” Pág. 156
[11] Cárcano, R.J “Guerra del Paraguay, Acción y Reacción de
[12] García Mellid, A. “Proceso a los falsificadores de la historia del paraguay, tomo II, Pág. 240
[13] García Mellid A. “op. Cit., Pág. 240.
[14] Efraín Cardozo, Hace 100 años, Crónicas de
[15] Efraín Cardozo, op. Cit , Pág. 157
[16] Efraín Cardozo, op. Cit , Pág. 159
[17] Niño, José, Mitre, Pág. 234-235
[18] Niño, José, op. Cit, Pág. 235
[19] Niño, José, op. Cit, Pág. 236
[20] Benítez, Luis G., “Historia Diplomática del Paraguay” Pág. 217
[21] Alberdi, J.B, “El crimen de la guerra” Pág. 23
[22] Lopacher, Ulrich; Tobler, “Un suizo en
[23] Agüero Wagner, Luis, op. Cit , Pág. 165
[24] Decía el Gral. Emilio Mitre a Caxias “No quiero autorizar con la presencia de la bandera argentina en la ciudad de Asunción, los escándalos inauditos y vergonzosos que perpetrados por los soldados de vuestra excelencia han tenido lugar”
[25] Alumno del 4to. Curso de
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